miércoles, 23 de septiembre de 2009

USOS DEL FLUOR

Desde que hace unos 50 años se demostró que la caries podía controlarse con el uso de flúor, han aparecido múltiples preparados que lo contienen. Unos son de uso profesional y otros no.

El flúor tiene tres efectos muy beneficiosos sobre los dientes:

- Aumenta la resistencia del esmalte: Si se aplica flúor sobre los dientes, éste reacciona con el calcio de los mismos, formando fluoruro de calcio. En esta forma, el flúor reacciona con los cristales del esmalte dentario (la hidroxiapatita), resultando un compuesto que aumenta mucho la resistencia del esmalte.

- Favorece la remineralización: El flúor contribuye a la remineralización del diente, al favorecer la entrada en su estructura de iones de calcio y fosfato. Esto sucede porque el flúor tiene carga negativa y atrae al calcio y fosfato cuya carga es positiva.

- Tiene acción antibacteriana: El flúor tiene acción antibacteriana atacando a las bacterias que colonizan la superficie de los dientes.

Aunque excelente para proteger los dientes a todas las edades, los niños son el grupo que más se beneficia de su uso, ya que sus dientes aún están en formación.

También es muy útil en los adultos en los que hay pérdida de la encía por la edad o por la existencia de enfermedad periodontal. En estos casos el flúor ayuda a prevenir o eliminar la sensibilidad al frío y evita la aparición de caries en el cuello o en las raíces de los dientes.

Los preparados con flúor que aplica el odontólogo en la consulta pueden estar en forma de geles, de barnices, o de soluciones (líquidos). Pero existen múltiples preparados de flúor que se usan fuera del consultorio dental.
Un modo frecuente de usar el flúor es en solución para enjuagues (colutorios). Las soluciones de mayor eficacia son las de Fluoruro sódico y existen dos modos básicos de usarlas:

- Fluoruro sódico al 0.2%, con el que se realizará un enjuague semanal. Esta forma se usa sobre todo en programas de salud dental en colegios, asilos, etc.

- Fluoruro sódico al 0.05%, con el que se realizará un enjuague diario después del cepillado antes de dormir. Esta forma se usa para la higiene dental domiciliaria.

Actualmente existen diversos preparados comerciales que incluyen el flúor en su fórmula. Así encontramos dentífricos con flúor, flúor en pastillas o gotas y hasta chicles con flúor.

Por último, en algunas regiones se añade flúor al agua. Los niveles óptimos de flúor en el agua son de 1 parte por millón (1 ppm), que equivale a 1 miligramo de ion flúor en 1 litro de agua.

Esta medida es controvertida, y no es aceptada en todos los países ya que no se sabe la cantidad de agua que cada cual puede beber, de modo que podrían sobrepasarse los limites de ingesta de flúor y ocasionar una fluorosis dental (la fluorosis produce manchas en los dientes).

En España existe un programa de fluoración del agua de bebida en algunas comunidades como Andalucía y el País Vasco y en algunas ciudades como Gerona, Badajoz o la región de Lorca-Letur en Murcia.

Fluorosis

La fluorosis se produce por una ingesta excesiva y prolongada de flúor, y produce alteraciones óseas y dentarias.
Para minimizar el riesgo, la dosis a utilizar debe ser entre 0,05 y 0,07 mg. por kilogramo de peso corporal y evaluar si se está recibiendo flúor por otras fuentes.

Puede existir una intoxicación aguda por ingestión accidental de insecticidas o raticidas con sales de flúor que puede provocar la muerte.

Sin embargo, lo más frecuente es una intoxicación crónica con pequeñas cantidades de flúor, que produce una fluorosis dental. Debido a este exceso de flúor, aparecen manchas en los dientes.

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